Adelante
Ninguno de los tres jóvenes de Temuyu sabe exactamente el tiempo que pasó hasta que decidieron levantarse.
Nolik fue el primero en salir corriendo hacia el lugar de la lucha. Al llegar le dio un vuelco el corazón. Calímedes, que llegó unos minutos después sirviendo de apoyo a Lurtes, lo encontró de rodillas, con la mirada perdida y lágrimas en las mejillas. El que todo lo ve señaló al cielo. Los primeros rayos de Murus se veían en el horizonte y,sin embargo, algo los iluminaba desde arriba. Algo que se aproximaba cada vez más hasta permitirles distinguir una silueta de mujer en su interior.